domingo, 9 de febrero de 2014

LA HABITACIÓN



   (...)- Soy el doctor Porta -sin inmutarse- Estoy aquí para informarles sobre el estado de su hijo.
  -¿Me vas a decir no has visto lo que ha ocurrido aquí hace un momento?
  -Sinceramente, no sé a que se refiere.
  -Una bandada de mariposas acaba de salir del interior de esta habitación y ha huido por esa ventana –apuntando con el tembloroso dedo hacia ésta(...)
H.,colocándose apresuradamente las gafas de sol y  todavía lívida por el frío y la experiencia vivida(...)
-¿Tienen ya los resultados?, ¿Se trata de algo grave? –imploró la mujer entre resuellos.

El doctor Porta, detrás de las gruesas lentes de sus gafas, la examinó con atención, deteniéndose muy especialmente en los cristales de las de H.,  y en el arañazo que su hijo había marcado sobre su cara. Ella, como teniendo algo que ocultar, inclinó la cabeza.
El médico se sumergió de nuevo en la lectura de los resultados de los análisis mientras sus dedos, amarillentos por la nicotina, sujetaban los documentos.
-En las pruebas neurológicas practicadas no se han encontrado evidencias de patología grave. Será necesario realizar nuevas exploraciones para dilucidar el origen de su desorden de conducta. No descartamos pruebas sicológicas

-Sería mejor que entrara usted en la habitación. Alguna enfermera ha olvidado apagar el aire acondicionado-indicó H. El antiguo termómetro de mercurio en la pared indicaba unos plácidos 19 grados(...)

Al salir de la estancia, el doctor Porta se detuvo unos instantes para observar como una mariposa negra levantaba el vuelo desde el quicio de una ventana. Continuando despreocupado su camino, no advirtió el gran número de ellas que se había concentrado en la fachada del edificio.












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