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http://youtu.be/BjUhnYIxEHg
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Una prueba de maldad yacía sobre el terreno. Un rastro de sangre y destrucción que llegaba desde donde danzan las llamas de los espíritus en el Cielo de la noche[1], conducía directamente hasta su hogar, sembrando la duda y el temor. Mamut reposaba en gran número sobre la pradera sin que su carne apenas hubiera sido consumida. Los cadáveres de sus hijos y mujeres, sin haber sido enterrados, descansaban diseminados a lo largo del interminable sendero[2] que conducía al Gran Puente de Tierra[3], victimas de una migración sin fin. Oso de Cara Chata[4], Lobo o Cuervo disfrutaban por turnos del festín. Las numerosas huellas continuaban su camino en dirección a su paraíso.
".......Matan por matar, sin siquiera disculparse ante el alma de Mamut, viajan sin mujeres, niños ni ancianos, que yacen ahora dispersos en el terreno ya que no resistieron la insensata marcha. Abandonan sus muertos a su suerte cuando su Aliento se separa de éstos y permiten que Lobo se sacie con ellos..."
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A la mañana siguiente el tiempo era más frío. Los hombres habían salido de caza mientras algunos centinelas se quedaron en las zonas altas del asentamiento, para alertar en caso necesario. En esta ocasión, Pequeño Hermano Que Habla, que había seguido discretamente a los cazadores, escrutaba la generosidad de Madre Tierra apostado en un saliente: varias razas de Caballo compartían hogar, así como Camello, Berrendo, Wapiti, Mamut......
Mamut, era de las mayores piezas, con su giba repleta de grasa y sus enormes colmillos para competir contra otros machos o escarbar bajo la nieve en busca de hierba.
Cuando era cazado se les acorralaba en gargantas y se les encaraba cuerpo a cuerpo con los venablos, cuyas puntas, para causar el mayor daño posible, se desprendían -junto con parte de las lanzas- en el interior de sus robustos cuerpos. Sobre todo se atacaba en las partes más vulnerables, en el ano y bajo las ingles.
- Esta vez no corráis riesgos inútiles. No será posible cargar con su carne a través de las montañas- Precisó Águila Calva, consciente de la profecía.
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Águila Calva, para distraer a los más pequeños, les relataba en las veladas alrededor del fuego cómo, en compañía de sus antepasados, que habían atravesado
En esta oportunidad el resbaladizo piso de la roca hizo a Pequeño Hermano Que Habla perder pié y cayó desde una altura considerable. Un alarido de espanto atravesó el cañón entero
El muchacho, horrorizado, alzó su mirada, temiendo que a su Aliento le había llegado el momento de la Gran Travesía. Un ser imponente, bajo la pavorosa cabeza y la piel de Oso de Cara Chata, le apuntaba, casi acariciando su ojo, con la tosca punta de su lanza.
[1] Se refiere a
“.....os socorreré en vuestro peregrinar, invocando la ayuda de los espíritus de Cielo, para que alimenten sus fuegos y que las llamas de sus hogueras dancen en la oscuridad de la noche e iluminen vuestro camino hacia el nuevo hogar.....”
[2] Durante la última glaciación se abrió un enorme corredor en la gran masa de hielo que ocupaba parte de Norteamérica, atravesándolo paralelo a las Montañas Rocosas en su lado oriental y conectando la parte norte con el resto del continente.
[3]Al descender el nivel de las aguas debido a la glaciación, Beringia, la franja de tierra situada entre Norteamérica y Asia en el actual estrecho de Bering, emergió por encima del agua, quedando sólo algunas partes de esta cubiertas por el hielo.
[4] Se refiere al oso de hocico corto(o de cara chata), una especie extinta que habitaba Norteamérica en la época de la última glaciación y célebre por su agresividad y por su corpulencia(más de 800 kilos y cuatro metros de altura cuando permanece en pie)
(N. del T.) En español a este artefacto se le conoce como estólica o lanzadardos. |
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