jueves, 27 de febrero de 2014

OSO DE CARA CORTA



 

Area de distribución del oso de cara corta
"El gigantesco animal, acompañado por sus secuaces a decenas de pasos, permanecía a cuatro patas sobre la fina capa de nieve. En esa postura, su alzada superaba la talla de los hombres cuya figura, incluso con la mandíbula cubierta de la piel de Lobo sobre sus cabezas,  empequeñecía dramáticamente. El color pardo oscuro de su gruesa piel evocaba al manto del gigante Hocico Corto, mientras que su chata cara hacía honor a su nombre. "









"El chico, aturdido,yacía boca abajo  en el suelo mientras una extremidad,
envuelta en una piel familiar para él, se erguía  frente  a su rostro. Tras sacudirse la nieve de los ojos para observarla mejor no le quedó ya ninguna duda. Era el denso y oscuro pelaje de ese monstruo gigantesco que había rememorado alguna vez en sus pesadillas. El muchacho, horrorizado, alzó la mirada, temiendo que a su Aliento le había llegado el momento de la Gran Travesía."


          


Los descendientes de los paleoindios explican mediante el siguiente mito el comportamiento de los Grizzlys, que devoran en gran número a las polillas antes de invernar:

“…..en adelante, el espíritu de Hocico Corto volverá entre las cumbres de las montañas antes de la llegada del Manto Blanco, surcando la oscuridad de la noche en el cuerpo de Oso de Cara Chata  y persiguiendo a las hermanas nocturnas de Mariposa, que son guiadas por Águila Calva. Alberga la esperanza de que un día, antes de que Pequeño Hermano Que Habla sacie su sed de venganza, este caiga entre sus fauces. Para pasar desapercibido, buscará en el cuerpo de Oso Pardo a los atemorizados animales  , que  se   escondieron durante las horas de luz bajo las piedras de las laderas  evitando así  al gigantesco  monstruo…”. 


Según algunos guardas consultados, al amanecer se pueden rastrear las huellas de un oso de un tamaño colosal.
                                                      


"En cada una de las huellas de sus gigantescas zarpas, diseminadas impacientemente a su alrededor, hubieran cabido varios pies humanos".

miércoles, 26 de febrero de 2014

AURORAS BOREALES



              

               ...otras veces se prolongaban, extendiendo las
llamaradas en el firmamento en hiladas paralelas,como si Araña extendiera las hebras de su tela...

                 

          ...sus llamas se retorcían frenéticamente
      como si Serpiente ardiera en su fuego...
      Los días despejados Sol guiaba nuestros pasos en la larga marcha durante la jornada, mientras que en la noche Madre Tierra apelaba a los espíritus del Cielo para que  en sus hogueras las llamas danzaran alegres, iluminando el firmamento, y guiándonos a través del inhóspito paisaje, donde la Gran Montaña  de Hielo, otrora perpetua, va cediendo paso a la pradera. A veces, al igual que esta hoguera frente  a nosotros, sus llamas se retorcían frenéticamente como si serpiente ardiera en su fuego, mientras que otras veces se prolongaban, extendiendo las llamaradas en el firmamento en hiladas paralelas, como si Araña extendiera las hebras de su tela abarcando toda la negrura de la noche.

                           




  

 -“.....os socorreré  en vuestro  peregrinar, invocando la ayuda de los espíritus del Cielo   para que alimenten sus fuegos y que las llamas de sus hogueras dancen en la oscuridad de la noche, e iluminen vuestro camino hacia el nuevo hogar.....”
MADRE TIERRA

domingo, 23 de febrero de 2014

DÍAS PRECEDENTES

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Junto a la orilla de aquel vasto lago interior, se  reunían sentados los jefes de cada poblado, al resguardo de oídos curiosos...."







-¿Por qué no luchamos?- dijo irreflexivamente uno de los jóvenes, que comparecía con su cara adornada con pinturas. Las puntas de nuestras flechas y lanzas son más letales que las suyas. 

 Hemos empleado muchos atardeceres para tallar la piedra adecuada[1], sabemos manejarlas como ellos y conocemos el terreno. ¿Por qué no enfrentarnos sin temor a esas alimañas? Si luchamos todos unidos, como relatan los ancianos que hace Buey almizclero no nos vencerán (2).
La cuestión gravitó en total quietud en el interior de la cueva. Únicamente el crepitar de las ramitas en la hoguera y el sonido del lento discurrir de la corriente de agua, transportados en su regazo por Eco hasta lo más profundo de la caverna, 

rompían  el inquietante silencio.Solamente Pequeño Hermano Que Habla permaneció sentado en el suelo con la cabeza entre las rodillas, recordando con lágrimas en los ojos las imágenes que se agolpaban en su memoria en algún lugar de su grácil cuerpo.
¿Por qué esta reunión me evoca tan tristes recuerdos?, ¿Por qué percibo tanto sufrimiento en mi tribu?  Hasta ahora, nunca he disfrutado de unos poderes parecidos a los de Padre. Yo no puedo recordar cómo él las vidas pasadas ¿Por qué entonces me he despertado tantas veces en mitad de la  noche, bañado en sudor sin razón aparente, como cuando mi cuerpo enfermo arde y Padre me proporciona brebajes que apaciguan mi ardiente anatomía?, ¿Y por qué en esas ocasiones mis sueños me transportan a las montañas, para encontrarme contra mi voluntad con ese monstruo pardo de cuatro pasos de altura?
Desde un risco elevado Pequeño Hermano Que Habla podía otear todo el valle. Atardecer, cada vez más adelantado,  prendía  en innumerables colores, tiñendo sobre todo de rojo sangre el lecho ardiente de Sol. Los polluelos de Halcón se preparaban sobre el acantilado para la gran migración agitando frenéticamente las alas. Cuervo perseguía a Lobo durante el Manto Blanco en sus largos desplazamientos. Habitualmente solitario, se congregaba en gran número alrededor de la carroña que éste le servía en bandeja tras sus carnicerías, ya que su débil pico le impedía penetrar por él mismo la carne de los cadáveres. De no ser así, sólo podría acceder a las partes más tiernas, como los ojos, las mamas o las ingles. Pasaría los días picoteando, escudriñando la llanura como nunca antes lo había hecho y salpicando de negros presagios las prematuras nieves.






Por la llanura se  desperdigaban algunas tiendas. En su interior,    las mujeres, desconocedoras de la llegada de los bárbaros que amenazaban  su Paraíso y del trágico destino que las aguardaba, se afanaban alegremente en tener a punto  las prendas para el 
periodo gélido, desollando animales, curtiendo pieles y cosiéndolas posteriormente con agujas de hueso. También trenzaban grandes canastos que luego se utilizaban como trampas para capturar peces o para contener las bayas o las setas que se consumían más tarde. Otras veces recogían alimentos silvestres y hacían conservas de carne y plantas para el invierno. Mientras, las restantes cocinaban, valiéndose para ello de ardientes piedras calentadas  en el fuego, que introducían seguidamente en cuencos de madera o de hueso, adecuados para hacer hervir el agua. El apetitoso aroma de los guisos llegados de los recipientes, colmaba de agradables efluvios  el ambiente del valle, mezclándose con el penetrante olor a resina de los pinos circundantes.
Los hombres calmaban su inquietud reparando las puntas de sus lanzas y flechas. Primero introducían en sus pulgares una pieza agujereada de cuero que apoyaban luego en la palma de sus manos para protegerlas. Después, posaban sobre aquella sus herramientas de piedra y con un trozo de asta apretaban hasta arrancar una esquirla con la destreza de quien llevaba muchos Mantos Blancos practicando.














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(1)Los hallazgos en el valle del Mississipi de puntas de flecha o lanzas procedentes de los yacimientos de obsidiana del mismo Yellowstone,  demuestran que se  realizaban desplazamientos de muchos kilómetros para el intercambio comercial. Los resultados conseguidos -las de la cultura Clovis son las mejores puntas de flecha y lanza jamás encontradas- justificaban sobradamente dichos desplazamientos.


(2)



El buey almizclero, al carecer de  extremidades largas  que le permitan 
huir con rapidez, se agrupa en un círculo cuando es atacado por los lobos,
 resguardando a las crías en el interior de aquél. 

miércoles, 19 de febrero de 2014

LA CAZA

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http://youtu.be/BjUhnYIxEHg


Una prueba de maldad yacía sobre el terreno. Un rastro de sangre y destrucción que llegaba desde donde danzan las llamas de los espíritus en el Cielo de la noche[1], conducía directamente hasta su hogar, sembrando la duda y el temor. Mamut reposaba en gran número sobre la pradera sin que su carne apenas hubiera sido consumida. Los cadáveres de sus hijos y mujeres, sin haber sido enterrados, descansaban diseminados a lo largo del interminable sendero[2] que conducía al Gran Puente de Tierra[3], victimas de una migración sin fin. Oso de Cara Chata[4], Lobo o Cuervo disfrutaban por turnos del festín. Las numerosas huellas continuaban su camino en dirección a su paraíso.











".......Matan por matar, sin siquiera disculparse ante el alma de Mamut, viajan sin mujeres, niños ni ancianos, que yacen ahora dispersos en el terreno ya que no resistieron la insensata marcha. Abandonan sus muertos a su suerte cuando su Aliento se separa de éstos y permiten que Lobo se sacie con ellos..." 



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Mamut, era de las mayores piezas, con su giba repleta de grasa y sus enormes colmillos para competir contra otros machos o escarbar bajo la nieve en busca de hierba. 
Cuando era cazado se les acorralaba en gargantas y se les encaraba cuerpo a cuerpo con los venablos, cuyas puntas, para causar el mayor daño posible, se desprendían -junto con parte de las lanzas- en el interior de sus robustos cuerpos. Sobre todo se atacaba en las partes más vulnerables, en el ano y bajo las ingles.
- Esta vez no corráis riesgos inútiles. No será posible cargar con su carne a través de las montañas- Precisó Águila Calva, consciente de la profecía. 

Activar este enlace cuando finalice la pieza de música anterior
















































Águila Calva, para distraer a los más pequeños, les relataba en las veladas alrededor del fuego cómo, en compañía de sus antepasados, que habían atravesado la Montaña Gigante de Hielo hasta alcanzar su Paraíso, cazaban al Caribú  

                                                                           
                                   



"...cuando el animal se encontraba situado en la parte baja de una colina, nos aproximábamos a la manada con  infinita paciencia. Desde lo alto de ésta nos arrastrábamos por la nieve contra Viento, camuflados con la ayuda de la piel y la larga cornamenta de algún ejemplar ya sacrificado, que nosayudaba a pasar desapercibidos adornando nuestras cabezas y cuerpos. Los tímidos animales, temerosos del hombre, hubieran reaccionado espantados si hubieran atisbado la  menor anomalía pero nuestra prudencia y larga experiencia nos otorgaba siempre  una gran ventaja. Cuando considerábamos que se había conseguido la suficiente proximidad, nos incorporábamos  en silencio y con la ayuda de un atlalt[5]








arrojábamos las mortíferas lanzas a mayor distancia y precisión, haciendo blanco casi sin excepción"






En esta oportunidad el resbaladizo piso de la roca hizo a Pequeño Hermano Que Habla perder pié y  cayó desde una altura considerable. Un alarido de espanto  atravesó el cañón entero

 



 Los animales, desbocados, abandonaron velozmente el lugar mientras que los cazadores, alarmados al ver la caída y al reconocer inmediatamente la voz del muchacho, se dirigieron raudos hasta su posición
El muchacho, horrorizado, alzó su mirada, temiendo que a su Aliento le había llegado el momento de la Gran Travesía. Un ser imponente, bajo la pavorosa cabeza y la  piel de Oso de Cara Chata, le apuntaba, casi acariciando su ojo, con la tosca punta de  su lanza.




                        





[1] Se refiere a la Aurora Boreal. Ésta era conocida en latitudes tan meridionales gracias a las leyendas transmitidas por los antepasados de los primeros nativos que habitaron en Yellowstone. Según cuenta la Sagrada Palabra de los ancestros, revelada por los descendientes de dichos nativos:
“.....os socorreré en vuestro  peregrinar, invocando la ayuda de los espíritus de Cielo, para que alimenten sus fuegos y que las llamas de sus hogueras dancen en la oscuridad de la noche e iluminen vuestro camino hacia el nuevo hogar.....”
[2] Durante la última glaciación se abrió un enorme corredor en la gran masa de hielo que  ocupaba parte de Norteamérica, atravesándolo paralelo a las Montañas Rocosas en su lado oriental y conectando la parte norte con el resto del  continente.
[3]Al descender el nivel de las aguas debido a la glaciación, Beringia, la franja de tierra situada entre Norteamérica y Asia en el actual estrecho de Bering,  emergió por encima del agua, quedando sólo algunas partes de esta cubiertas por el hielo.
[4]  Se refiere al oso de hocico corto(o de cara chata), una especie extinta que habitaba Norteamérica en la época de la última glaciación y célebre por su agresividad y por su corpulencia(más de 800 kilos y cuatro metros de altura cuando permanece en pie)
[5]Este arma consistía en un palo tallado terminado en uno de sus extremos en forma de gancho o de muesca realizada en la madera, donde se apoyaba la punta de los venablos en el momento de lanzarlos.  Permitía mayor precisión e impulso a los lanzamientos de éstos.
(N. del T.) En español a este artefacto se le conoce como estólica o lanzadardos.




viernes, 14 de febrero de 2014

EL HOSPITAL

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La apariencia del edificio le recordaba a un jodido manicomio, como esos de los que salen a veces en esas bazofias infantiles de la televisión a los que llaman thrillers. A Ulysses no le entraba en la cabeza semejante aspecto decadente en un establecimiento privado aunque fuera de antigua construcción. Alguna de las  baldosas, despegada del suelo del pasillo, traqueteaba al paso de las chirriantes ruedas de una camilla, que  a su vez transportaba un cadáver cubierto por una áspera sábana blanca. 
Las  fregonas del personal de limpieza habían impregnado la superficie blanca y negra de un penetrante olor a lejía.






(...)Mientras éste observaba las evoluciones del animal. Otro ejemplar de la mariposa, tan grande como el anterior, colgaba desafiante del techo del corredor. Después de todo, quizás aquel insecto no era tan excepcional.....
(...) La mariposa, escoltada ahora por varias compañeras en el techo del pasillo, contrastaba su color oscuro  contra las molduras blancas mientras abría y cerraba las alas en un alarde de exhibicionismo(...)
 La luz  fría del corredor, estropeada, chispeaba intermitentemente, haciendo  que los insectos permanecieran a intervalos en la oscuridad fijándose éstos en la retina de tal modo que cuando la luz se apagaba, la imagen se mantenía por largo tiempo en la visión.El hombre, cuyo dolor iba remitiendo, observaba absorto al animal. El poder hipnótico y la belleza de la imagen lo tenían atrapado mientras su hijo se debatía entre la vida y la muerte en el interior de la habitación....  
Junto al banco, unos enigmáticos gemidos salían de una puerta entreabierta, la cual daba paso a una habitación sumida en la oscuridad. En el pasillo donde se encontraba H. se levantó una corriente desapacible (...)Inquieta, se sintió impelida hacia la habitación para averiguar si aquel frío glacial estaría afectando a su hijo(...)Al quitarse las gafas de sol pudo contemplarlo claramente. La persiana, cerrada para no incomodar al pequeño con la claridad del exterior, limitaba la única fuente de luz a una minúscula lámpara cenital,  que, empañada por el vaho, iluminaba vagamente al chico. Este se debatía entre gemidos y gruñidos que parecían surgidos de otro mundo(...)









lo arropó con la manta hasta el cuello con la mayor ternura, le dio un discreto beso en la frente y se dirigió hacia el aparato de aire acondicionado, que funcionaba en perfecto silencio...
En el momento en que prolongaba un brazo para

desconectarlo pudo atisbar una nerviosa aglomeración colgando del techo de la habitación.

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(...)Al elevar la mirada percibió una superficie oscura,que la observaba con sus inquisitivas pupilas en un frenético parpadeo, definiéndose poco a poco hasta llegar a concretar cientos de insectos en aquél manto negro que tapizaba el techo de la habitación. Centenares de mariposas negras la vigilaban en un impresionante sigilo, abriendo y cerrando las alas, exhibiendo sus ocelos en un rítmico y agitado movimiento(...) 



Hasta cincuenta de ellas descendieron  de las paredes y en una morbosa danza cercaron a la pálida mujer, que, girando como la frágil muñeca de porcelana de una caja de música estropeada, apenas podía emitir sonidos. Los pulmones, como enterrada en vida, oprimidos  por  el peso del terror y la estupefacción, no le permitieron articular palabra(...)


Su marido, que al regresar encontró la puerta entreabierta, penetró en la habitación.Justo en el momento de entrar,como si previeran un peligro, un enjambre negro surgió del interior, sorprendiendo al corpulento hombre -que las esquivó a duras penas-, y huyendo por una ventana situada frente a la puerta, al otro lado del corredor. Éste, a la hora del desayuno se encontraba habitualmente vacío.En diez eternos segundos el enjambre, desbocado, se había elevado hacia el cielo, perdiéndose en la neblina de la mañana.


domingo, 9 de febrero de 2014

LA HABITACIÓN



   (...)- Soy el doctor Porta -sin inmutarse- Estoy aquí para informarles sobre el estado de su hijo.
  -¿Me vas a decir no has visto lo que ha ocurrido aquí hace un momento?
  -Sinceramente, no sé a que se refiere.
  -Una bandada de mariposas acaba de salir del interior de esta habitación y ha huido por esa ventana –apuntando con el tembloroso dedo hacia ésta(...)
H.,colocándose apresuradamente las gafas de sol y  todavía lívida por el frío y la experiencia vivida(...)
-¿Tienen ya los resultados?, ¿Se trata de algo grave? –imploró la mujer entre resuellos.

El doctor Porta, detrás de las gruesas lentes de sus gafas, la examinó con atención, deteniéndose muy especialmente en los cristales de las de H.,  y en el arañazo que su hijo había marcado sobre su cara. Ella, como teniendo algo que ocultar, inclinó la cabeza.
El médico se sumergió de nuevo en la lectura de los resultados de los análisis mientras sus dedos, amarillentos por la nicotina, sujetaban los documentos.
-En las pruebas neurológicas practicadas no se han encontrado evidencias de patología grave. Será necesario realizar nuevas exploraciones para dilucidar el origen de su desorden de conducta. No descartamos pruebas sicológicas

-Sería mejor que entrara usted en la habitación. Alguna enfermera ha olvidado apagar el aire acondicionado-indicó H. El antiguo termómetro de mercurio en la pared indicaba unos plácidos 19 grados(...)

Al salir de la estancia, el doctor Porta se detuvo unos instantes para observar como una mariposa negra levantaba el vuelo desde el quicio de una ventana. Continuando despreocupado su camino, no advirtió el gran número de ellas que se había concentrado en la fachada del edificio.